Soy muy amiguera, tengo amigos y panas regados por el mundo entero. Me gusta cosechar las relaciones, alimentarlas así sea en distancia y poder disfrutar de pequeños encuentros.
Una de mis mejores amigas, fue protagonista de su propio cuento de hadas. Ella estudió conmigo en la universidad y por aquellas situaciones juveniles de serle fiel al género por infidelidades de pareja (valga la redundancia) nos hicimos íntimas.
Ella fue una de las primeras en migrar, escogió irse a la tierra de canguros con un novio que le hizo el favor de terminarle en el fin del mundo para encontrar un príncipe suizo que hoy día es su esposo y el papá de sus dos bellos hijos.
Yo migré casi 5 años luego de ella y aunque es más fácil viajar desde USA a cualquier destino del mundo, aún mi esposo y yo estamos sembrando raíces en la tierra que nos dió un nuevo hogar, gastar en viajes sobre todo a destinos tan lejanos como Suiza no son prioridad.
Pero como la vida da muchas vueltas, gracias a meses de esfuerzos “riendo”, la #BackstageLife me llevó a saltar el charco y aprovechando que estaría por Europa, pude costearme un ticket para visitarla 3 días.
Luego de visitar casi 6 países en menos de una semana, pocas horas de sueño y muchas horas de vuelo, llegó el fin del Tour y partí desde Londres hasta Ginebra.
Con mi maletica morada chiquitita pero gordita (como yo), volé por una de las aerolíneas “low cost”. La noche anterior tuvimos show en Picadilly Circus Reino Unido y como era mi primera vez en ese imponente país no podía dejar de pasear un ratin, eso implicó que llegue al sitio donde nos hospedaron a las 2 am y a las 3 am nos pasaban buscando para llevarnos al aeropuerto. Mi vuelo salía a las 7 am pero para evitar que el productor fuese dos veces al mismo terminal ya que la veveza volaba a Berlín una hora antes que yo, me fui al mismo tiempo.
Por cosas extrañas de esas aerolíneas, no me dejaron chequear el equipaje si no hasta una hora antes de viajar, así que estuve casi 2 horas y media dando tumbos con mi maleta sin haber dormido.
Finalmente me chequee, y me fui a la puerta de abordaje (por cierto cuando vieron mi pasaporte venezolano, me dijeron si tenía visa para ir a Suiza, luego llamaron a alguien y se dieron cuenta que no necesitaba).
Logré dormir quizás una hora durante el vuelo, al bajar del avión baje corriendo para salir del aeropuerto, pero como “Murphy” siempre fastidia, debí hacer como 1 hora de fila en migración. Cómo venía de Londres, ya el Reino Unido no pertenece a la Unión Europea es obligatorio pasar para que chequen tus documentos.
Mi amiga estaba fuera esperándome con su hermano (ella no sabe manejar y luego entendí la razón), cuando la vi salí corriendo y nos dimos un mega abrazo emotivo, teníamos casi 6 años sin vernos.
Fuimos a su casa echando cuentos y ni siquiera podía creer que finalmente estaba allí con ella. Fue súper extraño, yo hablaba de cosas digitales y personajes de redes, ella me preguntaba quién es quién, cómo haces eso, está sumergida en su vida europea de mamá y está un poco desconectada del mundo venezolano digital.
Hicimos una parada con velozmente para que yo pudiera bañarme, me toco mi dosis de verano por allá aunque se supone que es un destino frío como a mi me gusta pues tengo bastante mala suerte de ir durante época de calor. Me bañe súper chola, ella me dijo que el destino donde íbamos quedaba a una hora de su casa.
Hace par de años viendo publicaciones acerca de Disney en internet, descubrí que el castillo del “Príncipe Eric” de La Sirenita, había sido inspirado en uno de la vida real ubicado el Suiza, le compartí la publicación a mi amiga y le dije “Algún día iremos juntas para allá” en son de broma, sinceramente pensé que iría para allá siendo una mujer un poco más adulta cuando mi bolsillo me lo permitiera.
Hace un mes deliberando que podíamos hacer en tan poco tiempo durante mi visita, nos dimos cuenta que solo ella pedía tener un día libre, trabaja en un banco y unas semanas antes le habían asignado semana santa libres de vacaciones para estar con su familia de Venezuela que estaba de visita.
Mi sorpresa sensacional, una semana antes de mi viaje fue que ella decidió que el día de su cumpleaños, motivada con mi visita iríamos al castillo, yo súper apenada le decía que no era necesario hacer algo que me gustara, era su cumpleaños, a lo que ella respondió que nuestras amistad es muy importante, tenemos mucho sin vernos y que ella también le parece un súper buen plan.
Durante el camino iba como un radio loco compartiendo las aventuras de mi vida (que ella no lee en mi Ig), lo que si me alegro es que su única conexión con Venezuela o con venezolanos, es escuchar “Nos Reiremos de Esto”, así que me hizo feliz que ella también fuese seguidora del podcast y riera conmigo así sea virtualmente de fondo.
Su papá y su hermano nos acompañaron a este viaje, yo tenía ya casi unas 27 horas sin dormir pero me había tomado un Red Bull para poder mantenerme despierta.
Este castillo es de origen medieval y está a las orillas del lago Lemán. Es un monumento histórico de Suiza, fue ocupado por una familia noble italiana llamada Saboya y en la época del romanticismo inspiró a muchos poetas como Lord Byron a inspirar sus prosas.
Durante unas 3 horas hicimos el recorrido, el papa de mi amiga lideró el tour leyendo los datos que describían cada habitación, terraza o salón. El hermano de mi amiga me decía que esperaba encontrar algo alusivo a “La Sirenita”, afuera hacia mucho calor pero por suerte, el material con el que fue construido el castillo mantiene frío su interior.
Llegamos hasta la torre más alta para poder apreciar la mejor vista del lago, al fondo puedes apreciar los famosos “Alpes Suizos”.
Ariel con esta vista, obviamente no quiso regresar al fondo Del Mar. Les comparto algunas fotos lindas, en donde me sentí toda una princesa, pero lo más importante para mi fue estar con mi amiga en ese lugar tan mágico y especial.
Si quieren más info sobre el castillo
Gracias por leerme, hasta una próxima #Magistorie.